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SINGAPUR: Día Tres

Para nuestro tercer día, planificamos conocer algunas de las mejores zonas de Singapur: Boat y Clarke Quay, Downtown, Chinatown y Kampong Glam. Obviamente, como contábamos en el post anterior, la lluvia también nos acompañó en gran parte del día, pero eso no nos impidió disfrutar de estos platos fuertes.

Un paseo por la orilla del río

El paseo de Boat Quay, repleto de bares y restaurantes

Nuestro hotel tenía de bueno dos cosas: una excelente ubicación y un desayuno barato. No es que este último sea de los mejores que tuvimos en la historia, pero estaba bastante bien. Así que, luego de desayunar, salimos caminando rumbo a Boat Quay.

Es el antiguo puerto comercial, hoy convertido en una zona de bares y restaurantes, y es un breve pero hermoso paseo a orillas del río. Eran cerca de las 11 de la mañana y la realidad es que a esta hora normalmente el barrio está dormido. Hasta podían verse estragos de la noche anterior. Por esto mismo, pudimos recorrerlo tranquilos y sentarnos un rato a contemplar la ciudad desde ahí (y obviamente hacer mil fotos).

Al rato pusimos rumbo a Raffles Place, lo que sería el “downtown”, o centro financiero singapurense. En estas pocas manzanas pueden verse edificios súper modernos, la mayoría oficinas, sedes de bancos y grandes empresas. Honestamente, no es de los barrios céntricos más grandes ni destacados que conocemos. Igual desde la bahía, como les contaremos más adelante, las vistas del skyline que forman los edificios, son muy bonitas. Cerca del mediodía, y con una humedad bastante insoportable, caminamos a Chinatown, uno de los lugares imperdibles de Singapur.

Chinatown: templos, comida y compras para todos los gustos

El contraste de Chinatown, los edificios tradicionales chinos y los rascacielos detrás.

Llegando a las calles del barrio, comenzamos a notar en el cielo nubes que era fijo que traían lluvia. Pero, si bien hubo un chaparrón intenso, nos refugiamos bajo el techo de uno de los locales y esperamos unos minutos a que pase un poco la lluvia. Cuando dejó de caer agua, hicimos lo que solemos hacer en las ciudades y nos perdimos un poco caminando por las calles. Luego, antes de almorzar, visitamos dos de los templos chinos más importantes: Thian Hock Keng y Buddha Tooth Relic.

El templo Thian Hock Keng es uno de los más antiguos de la ciudad. Sólo al pasar la puerta de entrada, ya nos sentíamos en China: la arquitectura y la decoración son muy tradicionales. Lo más increíble de este templo es que, estando en el patio interior, se puede ver el contraste con los rascacielos que lo rodean. El templo Buddha Tooth Relic es mucho más actual, del año 2007. Se construyó, como su nombre lo indica, para venerar una reliquia de Buda en forma de diente. En el interior, lo que nos impresionó fue toda su decoración, los detalles y los miles de Budas en sus paredes.

Ya para la hora del almuerzo, se fue despejando, y fuimos en busca de un “Hawker” o “Food Court”, que son varios puestos de comida al aire libre, uno al lado del otro, con mesas en el centro. Es la opción barata para comer en Singapur, donde no existen los puestos en la calle o vendedores ambulantes. Particularmente en Chinatown, la opciones son variadas, con distintos tipos de comida. Así, llegamos a Food Street, que, como su nombre en inglés lo indica, es la calle donde comer.

Una imagen típica de las calles de Chinatown

Lo particularmente genial de este lugar es que, además de tener techo transparente, hay muchas opciones de platos para elegir a precios que, para ser Singapur, estaban bastante bien. Luego de recargar energía, nos fuimos a recorrer los miles de puestos y locales que se encuentran en una de las calles principales del barrio: Pagoda Street. ¡Todo lo que imaginen se puede conseguir ahí!

Otro lugar curioso que queríamos conocer en Chinatown era el templo hindú Sri Mariamman, el más antiguo de Singapur, que curiosamente está en este barrio, y no en Little India. Aquí, la comunidad hinduista singapurense (que luego del budismo, el cristianismo y el islam es la religión más profesada), se congrega en su mayoría para venerar a Maariamma, diosa de la lluvia y encarnación de Kali. Su fachada es imponente y pasamos buen rato observando todos sus detalles.

Terminando nuestro paseo por este barrio, fijamos ruta al otro lado de la ciudad, para conocer uno de los lugares más lindos de Singapur. Pero, llegando a la entrada del metro (y casi sin darnos cuenta), se empezó a nublar. Nos esperaba no sólo una lluvia intensa, sino más bien uno de los momentos más desafiantes del viaje y de nuestra historia viajera.

Diluvio en Kampong Glam, el barrio árabe

La Mezquita del Sultán, la joya del barrio Kampong Glam

Para nosotros, la mejor forma de recorrer cualquier barrio es perdernos por sus calles, recorrer sus tiendas, bares, restaurantes, y disfrutar de su encanto. Kamplong Glam tiene todo eso que buscas en un barrio súper significativo y con personalidad. Sólo que a eso, le tuvimos que sumar una hora de lluvia torrencial.

Apenas llegamos, tuvimos que buscar refugio en el Centro de la Cultura Malaya. En este lugar se puede aprender mucho de la cultura rica y diversa que tiene este país. Pero nosotros, fastidiados por el clima, sólo nos quedamos sentados en uno de los banquitos del parque de la entrada, mirando con frustración la lluvia caer. Estuvimos un rato impacientes, esperando a que parara. Y la verdad es que, es en estos momentos cuando aprendemos realmente las lecciones que los viajes tienen para darnos.

Si bien a veces nos hacemos una gran ilusión, por más que intentemos controlarlo y querer que todo resulte dentro de nuestras expectativas, llega un momento en el que hay que dejarse llevar y que las cosas fluyan. Por eso, luego de una charla intensa y de replantear las expectativas, dejó de llover. Lo cierto, es que no sabemos si fue el mejor momento del viaje. Pero, luego de la lección, pasamos un rato hermosísimo haciendo fotos con la luz increíble de la tarde.

Haji Lane, la calle más hipster de Singapur

De nuestro paseo podemos destacar varias cosas: Bussorah Street, es la calle más representativa con muchas tiendas de telas, ropa y alfombras. Acá es donde se encuentran los restaurantes y bares, y en su extremo norte está la Mezquita del Sultán, la joya del barrio. Con su cúpula dorada, es la protagonista de esta parte de la ciudad. Es la más importante de Singapur y, su arquitectura y colores, bien valen caminar hasta allí para apreciarla de cerca. Después, en paralelo, está Arab Street, con tiendas menos turísticas y más enfocadas al normal de la gente local.

Pero, lo que más nos gustó de este barrio es Haji Lane, un callejón peatonal repleto de tiendas de ropa de diseñadores locales. Un lugar muy hipster y con mucha onda. Dedicamos la tarde a pasear y sacar fotos (es muy fácil encontrar muchos sitios instagrameables), mientras la lluvia nos permitió estar al aire libre.

Para nosotros, conocer Kampong Glam fue uno de esos momentos viajeros que nunca olvidaremos. Porque pasar por aquí fue mucho más que hacer fotos. Fue atesorar reflexiones que quedarán grabadas en nuestra memoria viajera. Así, después de la lluvia, cayó la noche, pero no el día: nos esperaba el último lugar por recorrer de nuestro itinerario.

Clarke Quay: el barrio para conocer de noche

Clarke Quay, el centro comercial nocturno más animado de la ciudad

Según nuestras investigaciones previas, Clarke Quay era la zona para visitar por la noche. Si bien de viaje no somos muy “salidores” (¡y “de no viaje” tampoco jajaja!), nos pareció buena idea ir a conocer este lugar. Nos encontramos con una especie de centro comercial a cielo abierto súper animado, con muchos restaurantes, bares, música en vivo y mucho ambiente.

Una gran parte del lugar está cubierto por un techo transparente que, aparte que viene bien para refugiarse de la lluvia, también tiene una iluminación muy llamativa. Después de dar unas vueltas, decidimos cenar en el food court del centro comercial The Central, que se encuentra justo enfrente. Acá, los precios nos parecieron más acordes a nuestro presupuesto.

Aunque finalmente no consumimos nada en Clarke Quay, igualmente nos pareció un imperdible en Singapur, y un lugar para tener en cuenta para hacer algún plan nocturno. Igual, nosotros regresamos a nuestro hotel caminando, dando por finalizado nuestro tercer día en Singapur, muy cansados y un poco pasados por agua, una vez más…

Al día siguiente, cuarto y último día en la ciudad, nos esperaba un día inolvidable, con otro sueño viajero a cumplir.

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El tercer día de nuestro viaje por Singapur, fue uno de los más importantes en nuestra historia viajera

    
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